Franklin R. López Hernández.
Técnico de Lengua Española, Distrito 07-07, Villa Tapia
Las distintas teorías y tendencias
constructivistas tienen en común su intención de explicar cómo se pasa de un
estado de conocimiento a otro superior. En general, se entiende que el
conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción humana. Esta
construcción se va produciendo como resultado de la interacción con el medio
físico y social. Por tanto, depende de nuestros esquemas formados por saberes y
experiencias previas y las prácticas culturales
en las que estamos insertos.
La palabra competencia fue documentada por primera vez a finales del
Siglo XVI, y tiene su origen en el latín competere, que significa "ser
adecuado", "pertenecer", "incumbir". Es sinónimo de
incumbencia, jurisdicción, obligación, autoridad, aptitud, idoneidad,
habilidad, capacidad, suficiencia, disposición.
En los orígenes del término competencias relacionado con la actividad
cognoscitiva se ha destacado el Lingüista Noam Chomsky (1965), cuando elabora
una teoría sobre el dominio del lenguaje, para ello, define competencias como
la capacidad y disposición para la actuación y la interpretación, no
limitándolas a las simples habilidades y destrezas. Chomsky enarboló el
concepto de competencia lingüística en
el marco de su teoría de la lingüística generativa transformacional, la que
abarca el conjunto de la gramática: la fonología, la morfología, la sintaxis y
el léxico. Su esencia era construir oraciones gramaticalmente correctas.
A partir de esos años, como resultado de las aportaciones de las
ciencias citadas, se ha desarrollado una visión funcionalista y comunicativa de
la lengua, o sea, que pone énfasis en el uso. Aprender lengua significa
aprender a usarla, a comunicarse. La gramática y el léxico han pasado a ser
instrumentos en la consecución de ese fin.
García Molina refiriéndose a Mejía (2011),
define que el término competencia se refiere a un sistema de conocimientos
declarativos (el qué), condicionales (el cuándo y el porqué) y procedimentales
(el cómo) organizados en esquemas operatorios que permiten, en una situación
dada, identificar no solo los problemas sino su solución eficaz.
Otra definición adecuada es la que asume Niño
Rojas (2002), cuando afirma que una competencia es un saber y el saber
aplicarlo, o dicho de otra manera, el dominio de un conocimiento integrado al
uso que se da ha dicho conocimiento. Migue Ángel Zabala, citado por García
Molina (2011), afirma que además del conocimiento y su aplicación destaca otros
componentes de la educación basada en competencias. Afirma ese investigador que
la enseñanza por competencia es un tipo de educación que cubre todos los
ámbitos del desarrollo humano; el personal, el social, los conocimientos y las
actividades y destrezas.
También forma parte del enfoque docente
basado en competencias, el concepto de creatividad. Se podría afirmar que la
creatividad es consustancial a la competencia. Se necesita ser creativo para
aplicar adecuadamente el conocimiento. Competencia y creatividad afirma Niño
Rojas (2002) andan parejas, mejor la primera, implica la segunda. No hay
competencia sin creatividad, pues de por sí, esta es aplicación de la
inteligencia, establece una clara relación que se desplaza de un saber hacia su
aplicación en distintas tareas de la vida.
También se podría establecer puntos en
contactos como lo sugiere Niño Rojas (2002), entre el concepto de competencia y
los cuatros pilares de la educación que formuló la UNESCO, que son saber
conocer, saber hacer, saber ser y saber convivir.
En la actualidad el Ministerio de Educación
de la República Dominicana (MINERD), se encuentra inmerso en un proceso de
revisión y actualización curricular en donde privilegia el enfoque por
competencias con el objetivo de lograr estudiantes con conocimientos,
habilidades, actitudes y valores que les permitan desde su formación integral
desempeñarse de manera adecuada solucionando problemas que se presentan en la
vida diaria. Por ello se ha reclamado universalmente, el énfasis en una
educación centrada en la enseñanza, capaz de propiciar la adquisición de las
competencias por los discentes.
La competencia tiene que ver con una
combinación integrada de conocimientos, habilidades y actitudes conducentes a
un desempeño adecuado y oportuno en diversos contextos.
Según la bases de la revisión y actualización
curricular (2014), “competencia es la capacidad para actuar de manera eficaz y
autónoma en contextos diversos movilizando de forma integrada conceptos,
procedimientos, actitudes y valores. El valor de ese concepto deriva de su
vinculación con la actividad reflexiva del sujeto, del énfasis en la
movilización de los conocimientos para la realización efectiva de la actividad.
Lo que se marca aquí es una didáctica orientada a la activación y utilización
de conocimientos pertinentes para afrontar las situaciones y problemas que
plantea el contexto de la actividad misma”.
Las competencias se desarrollan de forma
gradual en un proceso que se mantiene a lo largo de toda la vida, tienen como
finalidad la realización personal, el mejoramiento de la calidad de vida y el
desarrollo de la sociedad en equilibrio con el medio ambiente.
El currículo dominicano se estructura en
función de tres tipos de competencias:
a) fundamentales,
b)
específicas y
c)
laborales-profesionales.
Las Competencias Fundamentales expresan las intenciones educativas de
mayor relevancia y significatividad. Son competencias transversales que
permiten conectar de forma significativa todo el currículo. Son esenciales para
el desarrollo pleno e integral del ser humano en sus distintas dimensiones, y
se sustentan en los principios de los derechos humanos y en los valores
universales. Describen las capacidades necesarias para la realización de las
individualidades y para su adecuado aporte y participación en los procesos
democráticos de cara a la construcción de una ciudadanía intercultural, que contemple la participación, el respeto a
la diversidad, la inclusión de todos los sectores y grupos de la sociedad.
A partir del enfoque de competencia asumido en la educación dominicana,
se promueve de manera integral la comunicación intercultural que implica
diálogo auto crítico y crítico frente a la cultura propia y otras culturas.
Desde esta perspectiva, se propicia la construcción de espacios de negociación y
cooperación que conduzcan a espacios de
humanización.
Las Competencias Fundamentales constituyen el principal mecanismo para
asegurar la coherencia del proyecto educativo. Por su carácter eminentemente
transversal, para su desarrollo en la escuela se requiere la participación
colaborativa de los Niveles, las Modalidades, los Subsistemas y las distintas
áreas del currículo. No se refieren a contextos específicos. Se ejercitan en
contextos diversos, aunque en los distintos escenarios de aplicación tienen características
comunes.
Las Competencias Fundamentales del currículo dominicano son:
1.
Competencia Ética y
Ciudadana
2.
Competencia Comunicativa
3.
Competencia de Pensamiento
Lógico, Creativo y Crítico
4.
Competencia de Resolución
de Problemas
5.
Competencia Científica y
Tecnológica
6.
Competencia Ambiental y de
la Salud
7.
Competencia de Desarrollo
Personal y Espiritual
El diseño curricular incluye una
sección que fundamenta cada una de estas competencias: justifica su elección,
las define de manera breve, indica sus componentes, enuncia criterios para su
evaluación y describe los Niveles de Dominio. Estos Niveles de Dominio
describen etapas o escalones sucesivos en el desarrollo de las Competencias
Fundamentales. El primer Nivel de Dominio corresponde al Nivel Inicial y el
segundo al Nivel Primario. Al Nivel Secundario corresponde el desarrollo
completo de la competencia que se describe en el apartado de Componentes de
cada una de ellas.
El currículo de lengua española tiene como
finalidad el logro de la competencia comunicativa. Como competencia fundamental
esta se define en el currículo como la capacidad para comprender y expresar
ideas, sentimientos, valores culturales en distintas situaciones de
comunicación, empleando diversos sistemas con la finalidad de afianzar su
identidad, construir conocimientos, aprehender la realidad, construir
conocimientos y establecer relaciones significativas con las demás personas.
Las competencias específicas corresponden a
las áreas curriculares. Esas competencias se refieren a las capacidades que el
estudiantado debe adquirir y desarrollar con la mediación de cada área del
conocimiento. Se orientan a partir de las Competencias Fundamentales y apoyan
su concreción, garantizando la coherencia del currículo en términos de los
aprendizajes.
La competencia comunicativa fundamental se
estructura en cuatro competencias específicas:
a)
Comprensión oral (Escucha). Es la capacidad de comprender diferentes
tipos de textos orales en diversas situaciones de comunicación, identificando
los roles asumidos por los interlocutores e infiriendo sus intenciones
comunicativas.
b)
Producción oral (Habla). Es la capacidad de comunicar ideas,
pensamientos, sentimientos y experiencias, tomando en cuenta, durante y después
del proceso, el nivel de comprensión de los interlocutores. Esto es, se adecúa
a las características de la audiencia y situaciones y evalúa la efectividad de
sus actos comunicativos.
c)
Comprensión lectora (Lectura). Es la capacidad de comprender en todos
los niveles (literal, semántico, analítico y crítico) diferentes tipos de
textos escritos, aplicando en cada etapa del proceso de lectura (prelectura,
lectura y postlectura) su conocimiento de las relaciones internas del texto
(coherencia y cohesión), como parte de las estrategias de comprensión.
d)
Producción escrita (Escritura). Capacidad de expresarse adecuadamente en
forma escrita, siguiendo estrategias para la producción, con conciencia del
proceso de escritura y de la estructura y relaciones internas de los textos.
Estas cuatros competencias están ligadas a
todas la estructuras de la lengua que son hablar, escuchar, leer y escribir. El
desarrollo de cada una de estas competencias específicas se realiza con la
movilización de las siguientes capacidades: discursiva o textual, lingüística,
pragmática, sociocultural, intelectual y estético-literaria.
Las competencias laborales-profesionales se
refieren al desarrollo de capacidades vinculadas al mundo del trabajo. Preparan
a las y los estudiantes para la adquisición y desempeño de niveles
laborales-profesionales específicos y para solucionar los problemas derivados
del cambio en las situaciones de trabajo. Esas competencias están presentes en
las distintas especialidades de las Modalidades Técnico-profesional y las
Artes, así como en la formación laboral que incluyen los Subsistemas de
Educación de Personas Jóvenes y Adultas y Educación Especial.
La formulación de las competencias
específicas y las laborales-profesionales deben incluir los conceptos,
procedimientos, actitudes y valores necesarios para un determinado desempeño,
así como los contextos en que se movilizarán y aplicarán estos conocimientos.
Cuando el enunciado de la competencia no explicita de forma directa algunos de
los componentes conceptuales, procedimentales o actitudinales, éstos se indican
en los contenidos.
Lo anterior permite pensar las competencias
como el dominio efectivo de las habilidades que una determinada sociedad
acuerde como necesarias para afrontar los problemas y aportar soluciones. Esto
plantea necesariamente algunas situaciones desafiantes porque el énfasis en los
contextos específicos de actividad y sus condiciones no siempre se corresponden
con las demandas del contexto global y las dinámicas económicas, políticas y
sociales que lo caracterizan.
Como he expuesto, el concepto moderno de
educación basada en competencias rebasa por mucho el ámbito estrecho laborar al
que muchos las quieren confinar. Así mismo, hay que destacar que no tiene
relación con la enseñanza basada en competencia, la idea de competir, en
sentido de lucha unos contra otros. El concepto de educación basada en
competencia encaja muy bien en los paradigmas educativos más avanzados, tales
como el constructivismo, la enseñanza en valores, el desarrollo humano, la
teoría del discurso y la enseñanza para la vida.
A mí me ha encantado el currículo por competencias. Esperemos que pueda ser gestionado adecuadamente en los centros educativos. Un currículo sin gestión es un currículo muerto. Es ahí donde se detiene la calidad de la educación.
ResponderEliminarLo importante es la aplicabilidad del currículum en todos los niveles y subsistemas de la educación Dominicana si se aplica el currículum en las escuelas tendríamos mejores estudiantes que sean productivos para la sociedad.
ResponderEliminarLo importante es la aplicabilidad del currículum en todos los niveles y subsistemas de la educación Dominicana si se aplica el currículum en las escuelas tendríamos mejores estudiantes que sean productivos para la sociedad.
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