domingo, 20 de marzo de 2016

Constructivismo y Enfoque por Competencias

Franklin R. López Hernández.

Técnico de Lengua Española, Distrito 07-07, Villa Tapia


Las distintas teorías y tendencias constructivistas tienen en común su intención de explicar cómo se pasa de un estado de conocimiento a otro superior. En general, se entiende que el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción humana. Esta construcción se va produciendo como resultado de la interacción con el medio físico y social. Por tanto, depende de nuestros esquemas formados por saberes y experiencias previas y las prácticas culturales  en las que estamos insertos.

La palabra competencia fue documentada por primera vez a finales del Siglo XVI, y tiene su origen en el latín competere, que significa "ser adecuado", "pertenecer", "incumbir". Es sinónimo de incumbencia, jurisdicción, obligación, autoridad, aptitud, idoneidad, habilidad, capacidad, suficiencia, disposición.
En los orígenes del término competencias relacionado con la actividad cognoscitiva se ha destacado el Lingüista Noam Chomsky (1965), cuando elabora una teoría sobre el dominio del lenguaje, para ello, define competencias como la capacidad y disposición para la actuación y la interpretación, no limitándolas a las simples habilidades y destrezas. Chomsky enarboló el concepto de competencia  lingüística en el marco de su teoría de la lingüística generativa transformacional, la que abarca el conjunto de la gramática: la fonología, la morfología, la sintaxis y el léxico. Su esencia era construir oraciones gramaticalmente correctas.
A partir de esos años, como resultado de las aportaciones de las ciencias citadas, se ha desarrollado una visión funcionalista y comunicativa de la lengua, o sea, que pone énfasis en el uso. Aprender lengua significa aprender a usarla, a comunicarse. La gramática y el léxico han pasado a ser instrumentos en la consecución de ese fin.
García Molina refiriéndose a Mejía (2011), define que el término competencia se refiere a un sistema de conocimientos declarativos (el qué), condicionales (el cuándo y el porqué) y procedimentales (el cómo) organizados en esquemas operatorios que permiten, en una situación dada, identificar no solo los problemas sino su solución eficaz.
Otra definición adecuada es la que asume Niño Rojas (2002), cuando afirma que una competencia es un saber y el saber aplicarlo, o dicho de otra manera, el dominio de un conocimiento integrado al uso que se da ha dicho conocimiento. Migue Ángel Zabala, citado por García Molina (2011), afirma que además del conocimiento y su aplicación destaca otros componentes de la educación basada en competencias. Afirma ese investigador que la enseñanza por competencia es un tipo de educación que cubre todos los ámbitos del desarrollo humano; el personal, el social, los conocimientos y las actividades y destrezas.
También forma parte del enfoque docente basado en competencias, el concepto de creatividad. Se podría afirmar que la creatividad es consustancial a la competencia. Se necesita ser creativo para aplicar adecuadamente el conocimiento. Competencia y creatividad afirma Niño Rojas (2002) andan parejas, mejor la primera, implica la segunda. No hay competencia sin creatividad, pues de por sí, esta es aplicación de la inteligencia, establece una clara relación que se desplaza de un saber hacia su aplicación en distintas tareas de la vida.
También se podría establecer puntos en contactos como lo sugiere Niño Rojas (2002), entre el concepto de competencia y los cuatros pilares de la educación que formuló la UNESCO, que son saber conocer, saber hacer, saber ser y saber convivir.
En la actualidad el Ministerio de Educación de la República Dominicana (MINERD), se encuentra inmerso en un proceso de revisión y actualización curricular en donde privilegia el enfoque por competencias con el objetivo de lograr estudiantes con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que les permitan desde su formación integral desempeñarse de manera adecuada solucionando problemas que se presentan en la vida diaria. Por ello se ha reclamado universalmente, el énfasis en una educación centrada en la enseñanza, capaz de propiciar la adquisición de las competencias por los discentes.  
La competencia tiene que ver con una combinación integrada de conocimientos, habilidades y actitudes conducentes a un desempeño adecuado y oportuno en diversos contextos.
Según la bases de la revisión y actualización curricular (2014), “competencia es la capacidad para actuar de manera eficaz y autónoma en contextos diversos movilizando de forma integrada conceptos, procedimientos, actitudes y valores. El valor de ese concepto deriva de su vinculación con la actividad reflexiva del sujeto, del énfasis en la movilización de los conocimientos para la realización efectiva de la actividad. Lo que se marca aquí es una didáctica orientada a la activación y utilización de conocimientos pertinentes para afrontar las situaciones y problemas que plantea el contexto de la actividad misma”.
Las competencias se desarrollan de forma gradual en un proceso que se mantiene a lo largo de toda la vida, tienen como finalidad la realización personal, el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo de la sociedad en equilibrio con el medio ambiente.
El currículo dominicano se estructura en función de tres tipos de competencias:
a) fundamentales,
 b) específicas y
 c) laborales-profesionales.
Las Competencias Fundamentales expresan las intenciones educativas de mayor relevancia y significatividad. Son competencias transversales que permiten conectar de forma significativa todo el currículo. Son esenciales para el desarrollo pleno e integral del ser humano en sus distintas dimensiones, y se sustentan en los principios de los derechos humanos y en los valores universales. Describen las capacidades necesarias para la realización de las individualidades y para su adecuado aporte y participación en los procesos democráticos de cara a la construcción de una ciudadanía intercultural,  que contemple la participación, el respeto a la diversidad, la inclusión de todos los sectores y grupos de la sociedad.
A partir del enfoque de competencia asumido en la educación dominicana, se promueve de manera integral la comunicación intercultural que implica diálogo auto crítico y crítico frente a la cultura propia y otras culturas. Desde esta perspectiva, se propicia la construcción de espacios de negociación y cooperación  que conduzcan a espacios de humanización.
Las Competencias Fundamentales constituyen el principal mecanismo para asegurar la coherencia del proyecto educativo. Por su carácter eminentemente transversal, para su desarrollo en la escuela se requiere la participación colaborativa de los Niveles, las Modalidades, los Subsistemas y las distintas áreas del currículo. No se refieren a contextos específicos. Se ejercitan en contextos diversos, aunque en los distintos escenarios de aplicación tienen características comunes.
Las Competencias Fundamentales del currículo dominicano son:
1.    Competencia Ética y Ciudadana 
2.    Competencia Comunicativa
3.    Competencia de Pensamiento Lógico, Creativo y Crítico
4.    Competencia de Resolución de Problemas
5.    Competencia Científica y Tecnológica
6.    Competencia Ambiental y de la Salud
7.    Competencia de Desarrollo Personal y Espiritual
El diseño curricular incluye una sección que fundamenta cada una de estas competencias: justifica su elección, las define de manera breve, indica sus componentes, enuncia criterios para su evaluación y describe los Niveles de Dominio. Estos Niveles de Dominio describen etapas o escalones sucesivos en el desarrollo de las Competencias Fundamentales. El primer Nivel de Dominio corresponde al Nivel Inicial y el segundo al Nivel Primario. Al Nivel Secundario corresponde el desarrollo completo de la competencia que se describe en el apartado de Componentes de cada una de ellas.
El currículo de lengua española tiene como finalidad el logro de la competencia comunicativa. Como competencia fundamental esta se define en el currículo como la capacidad para comprender y expresar ideas, sentimientos, valores culturales en distintas situaciones de comunicación, empleando diversos sistemas con la finalidad de afianzar su identidad, construir conocimientos, aprehender la realidad, construir conocimientos y establecer relaciones significativas con las demás personas.
Las competencias específicas corresponden a las áreas curriculares. Esas competencias se refieren a las capacidades que el estudiantado debe adquirir y desarrollar con la mediación de cada área del conocimiento. Se orientan a partir de las Competencias Fundamentales y apoyan su concreción, garantizando la coherencia del currículo en términos de los aprendizajes.
La competencia comunicativa fundamental se estructura en cuatro competencias específicas:
a)    Comprensión oral (Escucha). Es la capacidad de comprender diferentes tipos de textos orales en diversas situaciones de comunicación, identificando los roles asumidos por los interlocutores e infiriendo sus intenciones comunicativas.
b)    Producción oral (Habla). Es la capacidad de comunicar ideas, pensamientos, sentimientos y experiencias, tomando en cuenta, durante y después del proceso, el nivel de comprensión de los interlocutores. Esto es, se adecúa a las características de la audiencia y situaciones y evalúa la efectividad de sus actos comunicativos.
c)    Comprensión lectora (Lectura). Es la capacidad de comprender en todos los niveles (literal, semántico, analítico y crítico) diferentes tipos de textos escritos, aplicando en cada etapa del proceso de lectura (prelectura, lectura y postlectura) su conocimiento de las relaciones internas del texto (coherencia y cohesión), como parte de las estrategias de comprensión.
d)    Producción escrita (Escritura). Capacidad de expresarse adecuadamente en forma escrita, siguiendo estrategias para la producción, con conciencia del proceso de escritura y de la estructura y relaciones internas de los textos.
Estas cuatros competencias están ligadas a todas la estructuras de la lengua que son hablar, escuchar, leer y escribir. El desarrollo de cada una de estas competencias específicas se realiza con la movilización de las siguientes capacidades: discursiva o textual, lingüística, pragmática, sociocultural, intelectual y estético-literaria.
Las competencias laborales-profesionales se refieren al desarrollo de capacidades vinculadas al mundo del trabajo. Preparan a las y los estudiantes para la adquisición y desempeño de niveles laborales-profesionales específicos y para solucionar los problemas derivados del cambio en las situaciones de trabajo. Esas competencias están presentes en las distintas especialidades de las Modalidades Técnico-profesional y las Artes, así como en la formación laboral que incluyen los Subsistemas de Educación de Personas Jóvenes y Adultas y Educación Especial.
La formulación de las competencias específicas y las laborales-profesionales deben incluir los conceptos, procedimientos, actitudes y valores necesarios para un determinado desempeño, así como los contextos en que se movilizarán y aplicarán estos conocimientos. Cuando el enunciado de la competencia no explicita de forma directa algunos de los componentes conceptuales, procedimentales o actitudinales, éstos se indican en los contenidos.
Lo anterior permite pensar las competencias como el dominio efectivo de las habilidades que una determinada sociedad acuerde como necesarias para afrontar los problemas y aportar soluciones. Esto plantea necesariamente algunas situaciones desafiantes porque el énfasis en los contextos específicos de actividad y sus condiciones no siempre se corresponden con las demandas del contexto global y las dinámicas económicas, políticas y sociales que lo caracterizan.
Como he expuesto, el concepto moderno de educación basada en competencias rebasa por mucho el ámbito estrecho laborar al que muchos las quieren confinar. Así mismo, hay que destacar que no tiene relación con la enseñanza basada en competencia, la idea de competir, en sentido de lucha unos contra otros. El concepto de educación basada en competencia encaja muy bien en los paradigmas educativos más avanzados, tales como el constructivismo, la enseñanza en valores, el desarrollo humano, la teoría del discurso y la enseñanza para la vida.




3 comentarios:

  1. A mí me ha encantado el currículo por competencias. Esperemos que pueda ser gestionado adecuadamente en los centros educativos. Un currículo sin gestión es un currículo muerto. Es ahí donde se detiene la calidad de la educación.

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  2. Lo importante es la aplicabilidad del currículum en todos los niveles y subsistemas de la educación Dominicana si se aplica el currículum en las escuelas tendríamos mejores estudiantes que sean productivos para la sociedad.

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  3. Lo importante es la aplicabilidad del currículum en todos los niveles y subsistemas de la educación Dominicana si se aplica el currículum en las escuelas tendríamos mejores estudiantes que sean productivos para la sociedad.

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