sábado, 30 de abril de 2016

Las Pseudociencias en la República Dominicana



Franklin R. López Hernández. 


                
No hay lugar para el dogma en la ciencia. Los científicos son libres, y deben continuar siéndolo, a la hora de plantearse preguntas, dudar de cualquier aseveración, ir en buscas de pruebas y corregir errores.
Julius Robert Oppenheimer
       

Recientemente he acabado de leer un libro del distinguido Lingüista y especialista en discurso el Dr. Bartolo García Molina, titulado “El discurso científico teoría y aplicación”. Quiero referirme a un aspecto en especial que encontré en el libro que es el caso de las Pseudociencias también conocidas como paraciencias la cual se refiere a una afirmación, creencia o práctica que, a pesar de presentarse como científica, no se basa en un método científico válido, le falta plausibilidad o el apoyo de evidencias científicas ya que no pueden ser verificadas de forma fiable.

Shermer, Michael (2008) al referirse a las pseudociencias como una ciencia basura y afirma que preconiza una nueva visión del ser humano ya que afecta el estudio de la mente, el cerebro, el intelecto y las emociones, es decir, que son como las ciencias pero de mentira en otras palabras puedo inferir lo siguiente que parecen que tienen fundamentos científicos pero no siguen el criterio de demarcación científica con el cual sabemos que si algo se puede falsar es ciencia si no se puede falsar entonces se convierte en una creencia y por esta razón recae en las pseudociencias, que algo se pueda falsar significa que pueda ser refutado como fue en el caso de Nicolás Copérnico cuando falsó la teoría Geocentrista aristotélica en donde se creía que el sol y los demás planetas giranban en torno a la tierra y propuso la teoría Heliocentrista, totalmente opuesta a la teoría geocentrista, en donde según Copérnico la tierra y los demás planetas giran en torno al sol. Para Copérnico llegar a estas conclusiones utilizó un método donde verificó sus inquietudes, años más tarde esta teoría Copernicana fue comprobada gracias a Galileo que inventó el primer telescopio y verificó y comprobó lo que Copérnico decía.

            Quiero enfatizar sobre las pseudociencias  más utilizadas en nuestro país empecemos por el Tarot, que no es más que leer el futuro con las cartas esta psedociencia tiene en nuestro país muchos adeptos y seguidores ya que se basa en el dibujo que salen en las cartas cuando las ponen sobre las mesa para de esta forma adivinarte el futuro, el pasado y el presente entre otras cosas más. Estos estafadores se aprovechan de la ignorancia de algunas personas para enriquecerse a costa de sus creencias.

            Otras de mis pseudociencias favoritas es la Curandería mejor conocida en nuestro país como la brujería, es aquella en donde una persona finge tener poderes mágicos tal como lo tenía Merlín el mago del Rey Arturo para sacarle el dinero a los fieles creyentes y agravar más la enfermedad de la cual fueron a curarse que casi siempre es el factor económico. Estos brujos no solo te pueden curar el Cáncer o el Sida si no también un mal de ojos que le haya echado un vecino, una exnovia o tal vez el mismo demonio.

            La Astrología que no es lo mismo que la adorable y respetable Astronomía que si es una ciencia que se puede falsar tal como lo comenté más arriba cuando me refería a Copérnico y Galileo con el Geocentrismo y el Heliocentrismo. Pues bien la Astrología es la creencia en una relación causada por la posición relativa de determinados planetas, satélites y estrellas para saber sobre la personalidad y expectativas de las personas, es decir, que si naces en un momento en que los planetas están alineados vas a tener un carácter concreto. Esto lo creen todas las personas que leen el horóscopo en el periódico, revistas y algunos canales televisivos como es el caso de Walter Mercado cuando trabajaba en Primer impacto un medio televisivo de mucho auge a nivel mundial.

            Por ultimo quiero comentar sobre la Numerología que está tomando mucho auge en nuestros días debido a que algunos oportunistas como es el caso de Cristian Casa Blanca, se aprovechan de la ignorancia de algunas personas ancianos en su mayoría dándoles unos números para que los jueguen en la lotería nacional y así ganarse un dinerito. Lo que estas personas no saben es que este tipo de individuo casi siempre están en convenio con las bancas de apuestas y cada vez que esas personas dan los números las bancas de apuestas no lo venden pero la lotería nacional tira esos números y los seguidores crecen días tras días sin darse cuenta que son conejillos de indias de un monopolio entre la lotería nacional, los dueños de bancas de apuestas y el oportunista.

            Finalmente las psudociaencias no son creíbles porque no se puede falsar. Las pseudociencias  pueden ser cultivadas por una gran variedad de personas los creyentes sinceros, que hacen a veces un esfuerzo comparable al de los científicos en su formación académica, para aprender todos los términos de su pseudociencia. Son gente equivocada, pero no son fraudulentos claro algunos. No tienen intención de engañar. También están los numerosos farsantes, que no creen en su propio trabajo, y usan la pseudociencia para obtener buenos dividendos a costa de los ingenuos creyentes que les pagan para saber su futuro, curarse de mal de amores o quitarse un mal de ojo, y por qué no, reenviarlo a quien los maldijo. Reconociendo íntimamente la superioridad de la ciencia, estas personas suelen fortalecer su dicción  con terminología científica por ejemplo energía, radiación, magnetismo, campos, vórtices, etc. y aún entremezclar sus tonterías con verdadera información científica.

Referencias
Shermer, Michael (2008). Por Que creemos en Cosas raras. Alba Editorial. Argentina
             


                
        


    

Apuntes interesantes sobre el Eter.


Franklin R. López Hernández. 


En los artículos anteriores me he dedicado a temas sobre Lingüística y asuntos educativos descuidando algunos temas importantes por lo que ha pasado el hombre en otras áreas como es el caso de la física, la química, la biología la historia, es decir, la ciencia en su totalidad. No puedo seguir escribiendo sin citar las palabras de Karl Gustav Jung, cuando expresa "Ciencia es el arte de crear ilusiones convenientes, que el necio acepta o disputa, pero de cuyo ingenio goza el estudioso, sin cegarse ante el hecho de que tales ilusiones son otros tantos velos para ocultar las profundas tinieblas de lo insondable" . Estas ilusiones convenientes fue lo que descubrieron Michelson y Morley sobre el éter en su experimento. 

            Estos dos grandes investigadores hicieron un experimento en el cual fue considerado como el más grande de la historia de la física, el experimento consistía en detectar el movimiento de la tierra a  través del éter. El éter era una hipotética sustancia extremadamente ligera que se creía que ocupaba todos los espacios vacíos como un fluido. Buscaban explicar cómo se podía transmitir la luz a través del espacio vacío entre el sol y la tierra.
            En el siglo XIX, la teoría física postulaba que, al igual que las olas y el sonido que son ondas que necesitan un medio para transportarse como es en el caso del agua o el aire, la luz también necesitaría un medio, llamado éter, esto se debe a que la velocidad de la luz es tan rápida seria complicado realizar un experimento para detectar la presencia del éter. Como todos sabemos la tierra cada año recorre una distancia enorme en su órbita alrededor del Sol, a una velocidad de 30 km/s. Para esa fecha se creía que la dirección del viento del éter con respecto a la posición del Sol variaría al medirse desde la Tierra, y así podría ser detectado. En 1887 Michelson y Morley decidieron hacer un experimento que demostrara la existencia del éter. La idea original consistía en medir el tiempo que tardaría la luz en recorrer una cierta distancia. El éter era el medio a través del cual las ondas luminosas se propagaban para iluminar y alimentar la tierra.

            El efecto del viento del éter sobre las ondas de luz, seria parecido al de la corriente de un rio cuando un nadador nade a favor o en contra de dicha corriente, si nada a favor de la corriente sería impulsado mientras que si nada en contra el nadador sería frenado por la corriente del rio. Esto es lo que se creía que pasaría con la luz al llegar a la Tierra con diferentes posiciones con respecto al éter: debería llegar con diferentes velocidades. Para detectar el éter se necesitaría de un aparato dotado de un grado de precisión sin precedentes es por eso que en Berlín Albert Michelson inventó un instrumento dotado de un grado de precisión increíble que recibió el nombre de interferómetro, el cual se compone  de una lente semiplateada o semiespejo, que divide la luz monocromática en dos haces de luz que viajan en un determinado ángulo el uno respecto al otro. El interferómetro de Michelson se puede considerar como una carrera entre dos rayos de luz si la carrera termina en empate el resultado sería una mancha blanca en el centro de la configuración de la interferencia.

             Irónicamente, tras toda esta preparación, el experimento fue fallido, aunque exitoso. En vez de mostrar las propiedades del éter, no se produjo ninguna alteración de velocidad de la luz y, por tanto, ninguno de los efectos que el viento del éter tenía que producir. El aparato se comportó como si no hubiese tal éter. Este asombroso resultado no podía ser explicado por la teoría de las ondas vigente en la época. Se intentaron muchas explicaciones, como que la Tierra arrastraba de alguna forma al propio éter, pero todas ellas resultaron ser incorrectas. Lo importante de esta historia es que Michelson creyó durante todo el tiempo que vivió que su experimento fue un fracaso aunque siempre pensó que el éter existía. Años más tarde Albert Einstein, creó la teoría de la relatividad y quedó demostrado la existencia del éter ya que la luz se propaga a igual velocidad sin importar que dirección lleve.

            El experimento fallido de Michelson y Morley, nos obliga hacer dos cosas, la primera restablecer el principio de relatividad y la otra empezar a creer en la velocidad de la luz ya que es la misma para todos los observadores independientemente de su estado de movimiento, de estos dos postulados se deduce los asombrosos resultados de la teoría de la relatividad. En realidad Michelson no llegó a creerse en su vida los resultados de su propio experimento y Einstein no solo basó su teoría en los experimentos de Michelson y Morley sino que dijo cuando escribió su artículo en 1905 que no había oído hablar de tal experimento.

Colorario
Finalmente, aunque Michelson y Morley quisieron demostrar a la humanidad sobre la existencia del éter los resultados de su experimento arrojaron que no existía tal éter aunque dicho experimento fue considerado como el experimento más importante de toda la historia de la física  no fue hasta que Albert Einstein se vio obligado a inventar la teoría de la relatividad para poder explicar ese resultado.